La PDI se está convirtiendo en estos dos últimos años en una herramienta muy conocida dentro de las aulas. Algunos de nosotros la esperábamos con ansiedad, otros sin embargo se la han encontrado sin más, el primer día de clase colgada en su aula. De cualquier forma tenemos ante nosotros una herramienta con gran capacidad de comunicación de ideas y de probada efectividad docente. Pero... ¿La utilizamos adecuadamente? Intentaremos dar algunas claves con las que orientar a aquellos que se enfrentan a una PDI por primera vez, ...o tal vez no.
Para ilustrarnos sobre el concepto de PDI os puede servir de referencia este documento alojado en Educacontic.
PDI: Pizarra digital interactiva from Educ@conTIC on Vimeo.
Muchos pensamos en su momento que la Pizarra digital interactiva sería la transformación en objeto, de todos aquellos sueños que los docentes nos imaginábamos tener en un aula a la hora de impartir una clase magistral. Rápidamente nos dimos cuenta del error, las posibilidades son tan abiertas que la tradicional clase magistral, se ha convertido, por fin, en una actividad educativa, que permite la participación, no solo durante la clase, sino más allá de ella (con otros grupos, en otros momentos). Es más, con la llegada entre otras de la PDI nos hemos dado cuenta de que la clase magistral tradicional puede carecer de sentido hoy día.
Al principio cometimos errores...
- Llevar toda la clase preparada: viene a ser como si los alumnos se encontrasen con la pizarra verde completa al entrar en clase, está muy bien como expositor de conceptos pero entonces nos sobra la "i" de interactiva, con un cañón y un portátil nos bastará. Bien con una presentación, una animación, una actividad cerrada, imágenes escaneadas, etc.
- Usarla como una pizarra de tiza: tendremos una lujosa pizarra de tecnología ancestral a precio de tecnología del S.XXI.
- Olvidarnos de ella cuando explicamos: suele pasar, nosotros comenzamos a explicar y nuestros conceptos van por la página 9 y la pizarra todavía está en el título del tema, nos volvemos a olvidar de la "i".
- Hacer un alarde de "piruetas" con animaciones, volteretas, colorines, enlaces y enlaces, simulaciones, truquitos... Magnífico, nuestros alumnos advertirán que somos especialistas en el uso de la PDI, pero ¿Qué hay de aprender? Seguramente les resultará cansado a las pocas sesiones.
- Usarla como pantalla de proyección: hay quien se pierde la sensación de disfrutar utilizando todas sus ventajas, por miedo a enchufarla y finalmente sustituyen el viejo proyector de diapositivas por un cañón multimedia para hacer exactamente lo mismo que hace 30 años.
Luego fuimos aprendiendo...
- Usarla como punto de partida, como espoleta para iniciar un tema, o para romper el hielo inicial de la clase, una imagen, una palabra...
- Esqueleto o espina: llevar en ella todo aquello que nos puede robar tiempo, imágenes, enlaces, mapas conceptuales,"amalgamado" con ideas iniciales. Durante la clase iremos rellenando esas páginas, es importante tener en cuenta las circunstancias de los alumnos, aquellas ideas que van aportando, sus intervenciones en ellas... Si las mismas prácticas en dos clases del mismo curso nos han quedado exactamente iguales al final de la hora, la cosa no ha ido bien . Cada una debe tener su identidad, ser algo vivo, esa es la mejor prueba de que nuestra clase funciona, es participativa y sobre todo interesante para los alumnos, porque ellos han aportado cosas. Habremos conectado y entre todos habremos conseguido los objetivos planteados al principio.
- Para centrar la atención en un momento clave, marcando los tiempos de la sesión, cada 10 minutos, por ejemplo.
- Como ilustración de conceptos mientras hablamos (no olvidar anotar sobre ella (también los alumnos, por supuesto), interactuar, no dejar la imagen fija...). Simplemente con unas fotos, quizá unas palabras, una por pantalla, un concepto, un podcast, un vídeo. Recordad que la pizarra es un apoyo y que nos debe servir desde donde otros recursos no llegan.
- Como útil de participación del alumnado, algunos compañeros me cuentan que cada día un alumno elige el color del fondo, escriben la fecha... (ya están en sintonía alumno y grupo).
- Como expositor de contenidos de los alumnos. Les costará menos salir a la pizarra, comentar un tema, anotar lo que falta, exponer un concepto o un trabajo. Ganaremos en participación.
Aplicaciones PDI:
Con independencia del modelo de PDI con la que contemos, llevará asociado un software que permite tanto su control como la preparación de clases y actividades, desde las más sencillas a las más complejas, animaciones, efectos, etc. (No detallaré este aspecto, pues forma parte de la formación tecnológica básica que se ofrece habitualmente).
A través de una PDI también podremos utilizar otras herramientas; prácticamente cualquiera que pueda correr en nuestro equipo, pero hemos de ser realistas y reconocer que no todas aprovechan su potencial o en el peor de los casos son más indicadas para un uso individual por parte del alumno.
Cada vez más, van apareciendo materiales específicamente diseñados para este periférico como los de Genmagic, DigitalText, P3D, actividades creadas por docentes, etc.
Actividades Vs Recursos:
Al principio buscamos actividades. Una vez que decidimos utilizar la pizarra, buscamos actividades que nos puedan servir en el aula. La cuestión es, ¿Necesitamos actividades o necesitamos recursos? La diferencia entre actividad y recurso viene a determinarse principalmente porque la actividad contiene unos objetivos, contenidos y una evaluación, que en algunos casos puede no ajustarse a lo que necesitamos, más aún si están cerradas, es decir, no son modificables o adaptables por el docente. Sin embargo, un recurso es aquel contenido que no es nada en sí mismo, sino que nos sirve para confeccionar actividades o recursos complejos adaptados a nuestras circunstancias o las de nuestra clase (imágenes, animaciones o simulaciones sencillas, sonidos, mapas, capturas, etc. En mi caso particular, he llegado a la conclusión de que es más importante disponer de una gran fuente de recursos que de actividades.
No debemos ser puristas, el caso es utilizarla.
Aunque a través de este post pueda sacarse la conclusión de que todo el que toca una PDI debe ser un innovador y un virtuoso, no es así. Debemos ser conscientes de que cambiar nuestro estilo docente no es cuestión de un día, y debemos ser comprensivos con el uso que cada uno decida para sus clases. En resumen, si tenemos una PDI usémosla, como sea, da igual, sin quererlo cada día iremos un poco más allá. En fin, debemos respetar los ritmos, sobre todo en una herramienta como esta, que nos permite desde "el nada al todo".
Fuente: http://www.educacontic.es/blog/uso-activo-de-la-pdi